Su origen

Casa Burés, como edificio modernista que recuperó una gran variedad de artes decorativas, es una explosión de colores, formas y materiales. Los techos no iban a ser una excepción.

Algunos techos de Casa Burés muestran bellísimas pinturas o incorporan polvo de nácar que juega con la luz natural para regalar en determinados momentos del día elegantísimas siluetas plateadas que crean una ilusión visual de tela de seda. Otros, exhiben un elemento muy típico del modernismo: molduras de escayola que muestran altorrelieves con soberbias composiciones decorativas.

Este tipo de molduras eran muy características de la época y sustituyeron a las vigas y techos de madera de los siglos anteriores. Cada arquitecto diseñaba sus propios modelos; es decir, son molduras decorativas de autor y no encontramos dos edificios con el mismo modelo. En el caso del arquitecto Francesc Berenguer i Mestres, optó por decorar los techos de Casa Burés con elegantes motivos florales.

Muchos techos se han podido conservar y mantener en su ubicación original aunque con refuerzos estructurales y sistemas de ventilación

A partir de 1870 se utilizó la técnica del encañizado para los techos. Primero se hacía un techo con cañizos y posteriormente se tapaba con otro techo de yeso con elementos decorativos. En la actualidad, la técnica del encañizado ha quedado completamente superada por otras mucho más seguras y resistentes, y además el hecho de que sea necesario dotar a las viviendas de refuerzos estructurales y sistemas de ventilación, aire acondicionado e iluminación hace necesario dejar un espacio entre el techo y el falso techo para esconder nuevas vigas, maquinaria.

Aunque algunos techos son nuevos, muchos se han podido conservar y mantener en su ubicación original, buscando soluciones alternativas para integrar los refuerzos estructurales y las instalaciones.

A lo largo de este siglo no siempre se han valorado y conservado los techos y las molduras originales de escayola. En los años setenta y ochenta muchos proyectos de reforma optaron por destruirlos para dar paso a techos más funcionales.

RESTAURACIÓN DE TECHOS ORIGINALES

Estos techos mantienen la policromía original. Se trata de pinturas únicas y especiales para cada una de las estancias.

Los expertos en conservación de ProArtis han llevado a cabo un gran esfuerzo por conservar los techos con pinturas originales de las plantas segunda y tercera. Es importante destacar que en el caso de Casa Bures la planta principal tiene elementos decorativos de un palacio mientras que las plantas segunda y tercera tienen el nivel de acabados y de ornamentación de otras plantas principales del Eixample.

Con el objetivo de mantener unos techos de gran valor artístico y, al mismo tiempo, dotar a las estancias de los elementos de confort actuales, se han hecho refuerzos estructurales. Ha sido necesario desmontar las escocias y volverlas a montar con instalaciones nuevas. Estos techos mantienen la policromía original. Se trata de pinturas únicas y especiales para cada una de las estancias. Destacan los delicados paisajes de fauna y flora.

REPRODUCCIÓN DE TECHOS

Las reproducciones de las molduras originales permiten respetar la esencia de estas viviendas centenarias y mantener el esplendor de la arquitectura modernista de principios de siglo XX, a la vez que esconden todas las comodidades y requerimientos de una vivienda confortable del siglo XXI.

Casa Burés conservaba los techos originales y la empresa ROM-APLIC ha podido hacer las reproducciones a partir de estos. Dos de los profesionales que han trabajado en este proyecto, Ignasi Martínez y Manuel Moya, explican que a partir del techo original ha sido posible producir unos moldes de goma y unos contramoldes y esto les ha permitido obtener volúmenes idénticos.

No siempre es así. En el caso del Gran Teatro del Liceu, que se incendió en 1994, ROMAPLIC hizo las reproducciones a partir de fotografías que se conservaban.

Como otros artesanos que han trabajado en Casa Burés, los expertos de ROM-APLIC han trabajado en el taller y han regresado al histórico edificio en el momento de la colocación de las piezas.

Como indica Ignasi Martínez, “tenemos la suerte de poder utilizar lo mejor de las técnicas modernas y lo mejor de las técnicas artesanales”.

LOS RESTAURADORES ACTUALES

ROM-APLIC se creó en 1992 y se ha convertido en un referente en la reproducción de molduras de edificios históricos. Esta empresa fue la encargada de reproducir las molduras del techo del Gran Teatro del Liceo tras el terrible incendio de 1994. También recibieron el encargo de hacer los falsos techos del Museo Picasso y del Museo Egipcio, y han trabajado en edificios tan emblemáticos de la ciudad como La Pedrera o el modernísimo Hotel Arts.