Singular desde hace más de cien años

Construida entre 1900 y 1905, la Casa Burés debe su nombre a su primer propietario, Francesc Burés, quien la mandó construir para albergar la sede social de su empresa textil en la planta baja, su vivienda particular de más de 1.000 m2 en el primer piso, y doce pisos de alquiler de 300 m2 cada uno en las plantas superiores, que contaron con uno de los primeros ascensores de Barcelona.

Su presencia en el chaflán de las calles Ausiàs y Girona sigue siendo hoy tan imponente como entonces. Pero es en su interior donde encierra sus mayores tesoros.

El modernismo en todo su esplendor

La decoración interior de Casa Burés reúne elementos de extraordinaria belleza, obra de los mejores artesanos de la época. Una sinfonía de piedra, vidrio, madera, mosaico y hierro, interpretada con una maestría insuperable.

El proyecto

Los valores del modernismo

El proyecto de rehabilitación de Casa Burés va más allá de mantener la estructura del edificio y los elementos decorativos catalogados. Mantiene también todos los  valores arquitectónicos  del modernismo: la luz, el espacio, la habitabilidad, la calidad de los materiales, la búsqueda de nuevas soluciones y el máximo confort de la época.

La memoria de las cosas

Cada puerta, cada ventana, cada techo, cada suelo, cada vidriera, cada escultura, cada elemento ha sido meticulosamente estudiado por expertos en patrimonio modernista catalán.

Los más valiosos serán restaurados por artesanos especializados, otros serán reemplazados por piezas idénticas pero adaptadas a la normativa actual, y el resto cobrará nueva vida desempeñando nuevas funciones decorativas. Nada será olvidado.