Su origen

Los mosaicos de teselas de piedra tienen su origen en la antigua Grecia. Cuenta la leyenda que al ser una técnica tan delicada y perfecta consideraban que estaba inspirada en las musas.

Los romanos solo empleaban los mosaicos para decorar las paredes, los llamados mosaicos parietales, pero posteriormente descubrieron que los suelos de mosaico eran resistentes a las pisadas y al paso del tiempo, y empezaron a utilizarlos como elemento decorativo en villas y palacios.

Los mosaicos tienen una antiquísima tradición en Catalunya debido al periodo de dominación romana. Aunque han estado presentes a lo largo de los siglos, es cierto que el modernismo fue el gran impulsor de la tradición mosaicista. Casa Batlló, el Palau de la Música, el Hospital de Sant Pau, el Palau Güell y algunos de los edificios más importantes del Ensanche barcelonés, como Casa Burés, son algunos de los ejemplos más destacados.

El deterioro de los mosaicos se debe al paso del tiempo y las obras llevadas a cabo a lo largo de un siglo

Se utilizó esta técnica para decorar fachadas, paredes en el interior de las viviendas y también como pavimento. Los arquitectos modernistas catalanes más conocidos, como Antoni Gaudí y Lluis Domènech i Montaner, utilizaban esta técnica con frecuencia.

Los pavimentos de mosaico están formados por miles de piezas diminutas llamadas teselas. Normalmente son cuadradas y de mármol u otra piedra dura, como una piedra calcárea. El diseño puede ser sencillo o tener motivos geométricos o florales.

Los mosaicos de teselas de piedra de Casa Bures se encuentran en la planta principal y son típicos de la época. La planta principal está construida alrededor de dos patios de luz y los mosaicos dan la vuelta a estos patios. La mayoría de ellos tienen motivos florales, muy típicos de la época. En la capilla del principal decidieron evocar los diseños bizantinos.

Su Restauración

La primera tarea de las expertas fue documentar el estado de conservación

El deterioro de los mosaicos de Casa Burés se debía al inevitable paso del tiempo pero también a todas las obras que se han llevado a cabo en el edificio a lo largo de los años.

En el transcurso de un siglo, los propietarios del edificio encargaron obras para las que fue necesario perforar el suelo. Como consecuencia, se arrancaron miles de teselas, que fueron sustituidas por parches de cemento. En estas partes con cemento, las teselas colindantes estaban muy debilitadas.

La primera tarea de las expertas fue documentar el estado de conservación. Con la técnica de la fotometría, se tomaron imágenes para obtener una imagen plana de todo el mosaico y visualizar todas las heridas del suelo. Tras una limpieza mecánica con aspiradores para eliminar el polvo, el equipo de expertos llevó a cabo una limpieza química con disolventes para eliminar la grasa y la suciedad de las teselas que se conservan. En el caso de las teselas originales que estaban en buen estado, solo ha sido necesario sustituir la capa de mortero entre las piezas.

¿Cuántas teselas tiene el principal? Cientos de miles. Como ejemplo, la sala Hansel y Gretel, cuyo suelo está hecho íntegramente con esta técnica, tiene aproximadamente cien metros cuadrados y en cada metro cuadrado hay unas 3.000 piezas. Es decir, este salón tiene 300.000 teselas y las conservadoras calculan que se habían perdido unas 8.000 piezas.

Las conservadoras pudieron recuperar teselas entre los restos de cemento de otras partes de la obra. Sin embargo, también ha sido necesario comprar piezas de mármol de los mismos colores y cortar miles de piezas; clasificadas por colores y guardadas en distintas cestas. Con la colocación de estas piezas, una a una, se han curado las heridas del pavimento.

Era clave que las piezas nuevas quedaran al mismo nivel que las originales. Una vez están todas las nuevas teselas en su sitio, se aplica una capa de mortero entre las piezas. Finalmente, se abrillantan con una capa de cera.

El restaurador actual

Abac fue fundada en 1998 y ha participado en numerosos trabajos de arqueología y restauración de patrimonio. Ha restaurado los mosaicos parietales del pabellón de administración del Hospital de Sant Pau de Barcelona, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. Recientemente ha restaurado el mosaico de la Iglesia de Sant Pau del Camp en Barcelona, que a pesar de ser románica tiene un pavimento de principios del siglo XX. También restaura mosaico romano auténtico, y colaboran con museos como el Museu d’Empúries.

Los miembros del equipo que ha restaurado los mosaicos de Casa Burés se consideran restauradores y conservadores pero no artesanos, ya que consideran que este título corresponde a los artistas originales. “Somos como los médicos; primero hacemos un diagnóstico y esto nos permite decidir el tratamiento”, afirma Silvia Llobet, una de las socias fundadoras de la empresa ABAC Conservació y Restauració, y experta en mosaico romano.