Su origen

Los suelos de Casa Burés esconden miles de piezas de gres que forman bellas composiciones geométricas a modo de mosaico. Estas teselas geométricas se conocen comúnmente con el nombre de Mosaico Nolla, en honor a Miguel Nolla, el empresario catalán que empezó a fabricarlas en Valencia en 1860.

El mosaico Nolla está presente en muchos de los edificios modernistas más  importantes de Barcelona y de otras ciudades de Europa. Su fabricación y su instalación era muy laboriosa, y eran necesarias muchas horas de trabajo, que debía ser realizado por técnicos muy especializados, conocidos como “los mosaiqueros”. Es por este motivo que tener mosaicos Nolla se convertía en un símbolo de distinción y poder para los propietarios de las viviendas. Cuanto más pequeña era la pieza y más elaborada era la composición geométrica, más prestigio tenía la vivienda.

Aristócratas y políticos de la época se desplazaron hasta Meliana, el pueblo de Valencia donde se fabricaban las célebres teselas

En realidad, estos mosaicos ya se conocían en el Reino Unido mucho antes de que Miguel Nolla empezara a fabricarlos en España. El emprendedor tuvo que solicitar un privilegio de fabricación a la Reina Victoria de Inglaterra.

Los mosaicos Nolla alcanzaron fama mundial y la empresa llegó a tener 500 trabajadores. Encontramos estas teselas valencianas a lo largo y ancho del mundo, en países como Portugal, Francia, Rusia, Argentina, México, Chile y Guatemala. Estas mágicas piezas están presenten en la Catedral de Buenos Aires, en el metro de París y en el de Moscú. El Palau de la Música Catalana y Casa Batlló son dos exponentes del modernismo que pueden presumir de tener estos mosaicos.

Hasta Meliana, el pueblo de Valencia donde se fabricaban las célebres teselas, se desplazaron aristócratas y políticos que querían conocer de primera mano el proceso de fabricación de estas piezas mágicas. El rey Amadeo de Saboya y algunos miembros de la familia Romànov visitaron la célebre fábrica, que había sido levantada en un campo de naranjos.

Su Restauración

Un equipo de restauradores desmontó miles de teselas y las catalogó una por una

Bonavista encargó la restauración de los mosaicos Nolla de los suelos de Casa Burés al artesano valenciano Salvador Escrivá. Su equipo desmontó miles de piezas y las catalogó una por una, en función de su ubicación, estado de conservación y labor a realizar. Ha sido necesario limpiarlas y restaurarlas, y volverlas a colocar una a una, respetando la composición geométrica original.

Los suelos de Casa Burés hechos con mosaicos Nolla suelen tener unas 600 piezas o teselas por metro cuadrado. Muchas de las salas conservan las teselas originales pero otras han tenido que ser restauradas. En total, se han restaurado 200 metros cuadrados en todo el edificio, es decir, unas 120.000 piezas.

Las teselas que se extraen del suelo tienen una capa de mortero que es necesario eliminar. Luego se introducen en una solución de químicos ácidos y se limpian con agua a presión. Tras un proceso para neutralizar los ácidos, se seleccionan y se descartan aquellas piezas que presentan pequeñas roturas. Solo se han utilizado las piezas originales y los suelos de Casa Burés no tienen reproducciones o réplicas.

El proceso de colocación de piezas requiere una gran habilidad y también conocer los patrones geométricos que la empresa utilizaba. Se separan las teselas por colores y tonos, se clasifican y se transportan hasta las salas donde se van a colocar.

En todo momento se han respetado los dibujos originales. Miguel Nolla impulsó una gran variedad de patrones de una gran belleza cromática. El Centro de Investigación y Difusión de la Cerámica de Nolla conserva un catálogo de patrones y comparte información con los maestros artesanos que los restauran.

El restaurador actual

Salvador Escrivá es un artesano que restauraba vitrales artísticos, principalmente en catedrales, iglesias y edificios públicos. En el año 2002 restauró los vitrales del Palacio de la Exposición en Valencia y recibió el encargo de restaurar los mosaicos Nolla de los suelos. Lo que empezó siendo un reto se convirtió en un cambio de rumbo profesional.

Escrivá forma parte de la Red Nacional de Maestros de la Construcción Tradicional. El artesano ha colaborado en numerosos proyectos de restauración en viviendas particulares y en edificios públicos de Barcelona, Madrid y Valencia, como el Ayuntamiento de Meliana, el Palacio de Fernán Núñez en Madrid y el palacio de la exposición de Valencia. Uno de los últimos encargos que ha recibido tiene un significado especial: el artesano restaurará los suelos de la casa palacio de Miguel Nolla.